viernes, 12 de agosto de 2011
CARAMELOS DE NATA: AUTOPISTA E INFAME INFANCIA
había estado jugando con niños
de primero de la ESO en un merendero
público cerca la autovía. Se acercó
a nosotros y nos preguntó que si
queríamos salir por la noche.
- puede ser le dijimos.
Entonces con cierta humildad
reconoció: no estoy en mi mejor
momento, estoy más sucia y pegajosa
que un caramelo de nata .
Así es, pense.- Ella se marchó resignada.
A la mañana siguiente recordé
aquel primer caramelo de nata
que a los cinco años me picó
una muela.
Ella estaba preciosa.
Me tocaba lavarla.
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