miércoles, 9 de febrero de 2011

REC INHIBIT.- sin memoria no hay conciencia.

          

  Todo iba hacia delante y a hacia detrás, todo se agitaba con una fuerza brutal, se detenía, y avanzaba  y retrocedía a una velocidad descomunal, y solo en pequeños momentos parecía el tiempo tener un ritmo estable tranquilo para ser considerado normal. Se diluía y se recomponía una y otra vez cada diez minutos. El peso de otros seres se intercalaban en él, como si estuviera alucinado, como si sufriera delirios espectrales. Había llegado a quedarse mudo. Otras veces se hacía todo negro o blanco como si recibiera un golpe de luz repentino o como si quedara dormido por un rato. Solo fue al final de la carretera al ver una letras que decían continuará, cuando se dio cuenta que Dios estaba jugando a montar su vida a su antojo. Fue en ese momento cuando se percató que sus pensamientos eran una voz introducida desde el exterior. Fue en ese instante cuando tomo conciencia de que su fecha de nacimiento dependía de una maldita pestaña que determinaba la prolongación de su existencia.  Toco por primera vez con total conocimiento del mundo en el que se encontraba y se percató por fin que aquello que llamaba aire era un estrecho margen de pulgadas y el ansiado cielo, una maldita cristalera desde la cual un insensato creador le había estado observando durante tanto tiempo. Justo en ese momento todo se hizo de nuevo negro, vacío, silencioso. Desapareció definitivamente

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